Miguel Ángel Blaya y Alfonso Gil, se dirigen al público en la despedida del concierto.(Foto: Juan Diego Oliver)
La "IV Serenata a Paco Rabal" que organiza la asociación “Milana Bonita. Paco Rabal en el recuerdo”, dejó patente, una vez más, que el actor de la Cuesta de Gos sigue vivo en la memoria colectiva de los aguileños. La pérgola de la playa del Puerto de Poniente volvió a quedarse pequeña ante la masiva afluencia de público.
Fue en el programa de TVE “Buenas Noches”, en 1990, cuando la periodista Mercedes Milá invitó en su programa a Joan Manuel Serrat para que en unión de Miguel Ríos y de nuestro Paco Rabal interpretaran los versos de Antonio Machado, concretamente una remozada versión de la mítica "Cantares”. Indudablemente, la aportación del aguileño al recitar la parte de "Caminante no hay camino...", fue definitiva para el espléndido resultado del curioso experimento.
Diecinueve años después, el “Coro Ciudad de Cehegín” comenzó su extraordinaria actuación con los versos del poeta sevillano. Junto al mar y muy cerca del Peñón del Roncaor, la coral de más de cuarenta voces dirigida con maestría por Alfonso Gil, fue desgranando un repertorio mestizo de músicas que supieron a gloria. Así, “Un beso y una flor”, que popularizó antaño Nino Bravo, levantó una oleada de aplausos por la magnífica interpretación del tenor Juan Ibernón. Los boleros “Alma, corazón y vida”, “Aquellos ojos verdes”, “Te quiero, dijiste” o “El Reloj”, además de “Habanera divina” y “Maite”, fueron el preludio del popular “Amigos para siempre”, con el que finalizó la primera parte de un concierto donde el pianista, Bernardo Amor, supo sacar lo mejor del principal instrumento de teclado.
A continuación, las “Seguidillas” de “La verbena de la paloma”, la Canción húngara “Alma de Dios”, “El coro de pescadores” de “Los Gavilanes” y “Romanza de Marola” de “La Tabernera del Puerto”- con una brillante actuación de la soprano Ana Fernández, aplaudida a rabiar por un público rendido-, dieron paso al alegre pasacalles “Agua, azucarillos y aguardientes”, antes del anuncio de despedida con el “Bolero a Murcia”. Pero ante la insistencia del público, no podía faltar el regalo de la coral de Cehegín que despidió su gran actuación con el grandioso “Ave María” de Tomás Luis de Victoria.
Diecinueve años después, el “Coro Ciudad de Cehegín” comenzó su extraordinaria actuación con los versos del poeta sevillano. Junto al mar y muy cerca del Peñón del Roncaor, la coral de más de cuarenta voces dirigida con maestría por Alfonso Gil, fue desgranando un repertorio mestizo de músicas que supieron a gloria. Así, “Un beso y una flor”, que popularizó antaño Nino Bravo, levantó una oleada de aplausos por la magnífica interpretación del tenor Juan Ibernón. Los boleros “Alma, corazón y vida”, “Aquellos ojos verdes”, “Te quiero, dijiste” o “El Reloj”, además de “Habanera divina” y “Maite”, fueron el preludio del popular “Amigos para siempre”, con el que finalizó la primera parte de un concierto donde el pianista, Bernardo Amor, supo sacar lo mejor del principal instrumento de teclado.
A continuación, las “Seguidillas” de “La verbena de la paloma”, la Canción húngara “Alma de Dios”, “El coro de pescadores” de “Los Gavilanes” y “Romanza de Marola” de “La Tabernera del Puerto”- con una brillante actuación de la soprano Ana Fernández, aplaudida a rabiar por un público rendido-, dieron paso al alegre pasacalles “Agua, azucarillos y aguardientes”, antes del anuncio de despedida con el “Bolero a Murcia”. Pero ante la insistencia del público, no podía faltar el regalo de la coral de Cehegín que despidió su gran actuación con el grandioso “Ave María” de Tomás Luis de Victoria.
Finalmente, un emocionado Miguel Ángel Blaya, presidente de Milana Bonita, tuvo un emotivo recuerdo del genial actor y agradeció las muestras de cariño del público, así como su asistencia a todos los actos que organiza la asociación rabaliana a lo largo del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario