(Foto: JUAN D.OLIVER)
Público de todo tipo disfrutó de la película mientras el bocadillo, la cerveza y el refresco, además de la brisa del mar, ayudaban a "digerir" la que los críticos de cine consideran "otra obra maestra de Miguel Picazo", refiriéndose a la que dirigió también en 1964, la prestigiosa "La tía Tula".
(Foto: JUAN D.OLIVER)
Volviendo a “Oscuros sueños de agosto”, el film de Miguel Picazo, de 1967, contó con un
gran elenco de actores y actrices: Viveca
Lindfors, Sonia Bruno, nuestro Francisco Rabal, Julián Mateos, José María
Prada, Cándida Losada...
Hay también matices tragicómicos. Está realizada con elegancia y Picazo demuestra talento en la dirección de actores porque consigue que todos dominen la complejidad de sus roles.
Esta es la opinión del crítico de cine Pedro Triguero:
Acabo
de ver "Oscuros sueños de
agosto" y, en efecto, he descubierto una grandísima película, con un
título precioso, y que está a la altura de la prestigiosa "La Tía Tula" (1964), en cuanto a la complejidad de los
personajes, la importancia de los temas tratados, el nivel de la realización,
el guión, la música (una estupenda música, casi de vanguardia), las
interpretaciones (especialmente la de Viveca Lindfors y la de Sonia Bruno, que
además de chica mona era una buena actriz) y la fotografía.
La acción de "Oscuros sueños..." podría transcurrir en cualquier país avanzado de Occidente -las imágenes de computadoras de la IBM en una oficina del comienzo mismo, acompañando a los títulos de crédito, nos sitúan ya en un contexto absolutamente moderno- que es, gracias a la permisividad dada al "Nuevo Cine Español" de los años 60, España. Ana (Sonia Bruno), tratando de recuperar a su madre (Viveca Lindfors), se interna en un microcosmos alucinante y alucinado (el sanatorio para enfermos mentales), encerrado en sí mismo, en unas vacaciones que son algo así como un viaje al interior de la locura.
Para mí, "Oscuros sueños de agosto" es, desde ya, uno de los títulos imprescindibles del cine español de los 60...y de todos los tiempos”.
La acción de "Oscuros sueños..." podría transcurrir en cualquier país avanzado de Occidente -las imágenes de computadoras de la IBM en una oficina del comienzo mismo, acompañando a los títulos de crédito, nos sitúan ya en un contexto absolutamente moderno- que es, gracias a la permisividad dada al "Nuevo Cine Español" de los años 60, España. Ana (Sonia Bruno), tratando de recuperar a su madre (Viveca Lindfors), se interna en un microcosmos alucinante y alucinado (el sanatorio para enfermos mentales), encerrado en sí mismo, en unas vacaciones que son algo así como un viaje al interior de la locura.
Para mí, "Oscuros sueños de agosto" es, desde ya, uno de los títulos imprescindibles del cine español de los 60...y de todos los tiempos”.
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