Silvia Tortosa recibe el Premio Rabaliano 2017

La actriz recogió el galardón en Águilas en una gala precedida por la habitual ruta rabaliana

(Silvia Gallardo-Diario La Opinión 19-2-2018) y Asociación Milana Bonita

Como cada año, Águilas celebró este sábado su jornada dedicada a su paisano Francisco Rabal, actor, guionista y director de fama internacional, con su Premio Rabaliano; este año, la placa de porcelana ha recaído en la actriz Silvia Tortosa.

Un centenar de personas se dieron cita en la Casa de la Cultura para presenciar la gala anual de este galardón que la asociación Milana Bonita –denominada así por su gran personaje de Los Santos Inocentes– entrega a «personalidades que tuvieron alguna relación directa, personal y humana, con Paco Rabal», como declara Miguel Ángel Blaya, fundador de dicha organización, quien confiesa que no disfrutó más de Paco por «exceso de respeto».

La premiada de esta catorce edición coincidió con el aguileño en noviembre de 1973, cuando juntos actuaron en Al César lo que es del César, una obra donde una joven Silvia Tortosa (por entonces tenía 26 años) interpretó una Cleopatra que rompió con los estereotipos asociados a la figura egipcia y que fue catalogada como obra cumbre de su director, Guerrero Zamora. Ambos actores compartieron muchas horas de rodaje, ensayos y descansos, algo que la actriz afirmó durante la gala recordar «con mucho cariño».

Silvia Tortosa pasa, así, a formar parte de la lista de rabalianos, que ya incorpora grandes nombres como Jordi Rebellón, José Sacristán, Estrella Morente y Juan Diego.

La ceremonia estuvo precedida por la habitual ruta rabaliana que recorre los distintos puntos de la ciudad de importancia en la vida del aguileño. Pasando por el antiguo cine donde Paco visionó su primera película, Luz de Montana, el recorrido pasa por la playa de Calabardina, donde se encuentra la que fuera su casa, llamada también Milana Bonita; continúa por su cuna de nacimiento, la Cuesta de Gos, donde sus cenizas estuvieron enterradas un año y, además, se encuentra su escultura. Finalmente, se hace la ofrenda de flores en el cementerio.

La asociación Milana Bonita aprovechó también la gala para la proyección del cortometraje "Aceitunas", escrito y dirigido por el cineasta aguileño Juan Pedro García Hernández, y presentar su primer certamen de cortometrajes grabados con móvil, concurso del que pronto publicarán las bases. 

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Nacido en el pequeño enclave murciano de Cuesta de Gos, cerca de Águilas (aunque su lugar de residencia en sus últimos años fue en Calabardina, en una casa a orillas del paseo llamada "Milana Bonita"), sus padres fueron Benito Rabal y Teresa Valera. Al iniciarse la Guerra Civil Española en 1936, su familia se trasladó a Madrid, donde realizó oficios modestos para ayudar a la manutención del hogar, mientras cursaba estudios nocturnos en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo. Conoció a Dámaso Alonso, quien le facilitó libros de poesía y alentó su deseo de iniciar una carrera artística. Su hermano Damián se convertiría a su lado en representante de actores.

Su primera aparición física reconocible en la pantalla se produciría en El crimen de Pepe Conde (José López Rubio, 1946) como ayudante de un mago en un espectáculo, y su primer papel con frase es en Reina santa (Rafael Gil, 1947), dándole la réplica a Fernando Rey, posteriormente gran amigo y compañero actoral. Para entonces ya trabajaba como electricista en Sevilla Films, donde le pagaban mejor, y además le resultaba más sencillo aparecer en películas. A su vez, comenzó a hacer en 1946 pequeños papeles de meritorio sobre el escenario del teatro Infanta Isabel en obras como Me casé con un ángel y Diario íntimo de la prima Angélica.

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